La cámara de conceptos
Ha comenzado un viaje que durará para siempre. Experimentaremos una transformación radical en la forma en que los humanos observamos, nos relacionamos y nos percibimos a nosotros mismos.
En un mundo en el que la tecnología ha democratizado el acceso a herramientas para la creación de arte, me planteo una incógnita fundamental sobre la naturaleza y la percepción del valor en estas nuevas obras. ¿Qué es lo que hace que una obra sea considerada valiosa en un contexto en el que cualquiera puede crear una pieza de una técnica impecable?
Es necesario reflexionar sobre la verdadera esencia del arte y su relación con la técnica. Ésta es solo un medio para plasmar una idea, una visión. El valor último de una obra de arte reside en su capacidad para transmitir un concepto, un mensaje, una estética única y personal. Es la idea, la intención y la emoción detrás de la obra lo que la distingue y la hace valiosa.
Por lo tanto, para evaluar el valor de una obra, es importante considerar su contenido y su capacidad para conectarse con el espectador a nivel emocional y conceptual. Esto requiere de una auto-evaluación muy crítica y reflexiva de las iagrafías que generamos, más allá de su aspecto puramente técnico.
La tecnología ya ha permitido la producción masiva de imágenes y es fácil caer en la trampa de la homogeneización y la banalización. Sin embargo, es posible escapar de esta espiral y encontrar la originalidad y la autenticidad en el arte generado con estas nuevas herramientas a través de una exploración profunda y rigurosa de la técnica y el concepto. Los artistas que se adentran en esta exploración y que aprenden a comunicarse con los modelos de una manera más intencional y consciente pueden alcanzar una comprensión más profunda u así conseguir plasmar sus ideas y visiones en una obra de arte iagráfica con facilidad.
En un mundo en el que todos podemos crear arte ya con una técnica impecable, es necesario recordar que el verdadero valor de una obra reside en su capacidad para transmitir una idea y una emoción única. La clave para destacar en este mar de imágenes es la exploración profunda y rigurosa de los modelos y la capacidad de adentrarse en el espacio latente libre de complejos, totalmente desinhibido.
El verdadero poder de lo que yo he llamado "La Cámara de Conceptos" radica en la capacidad de los artistas para entender y comunicarse con los nuevos modelos de IA en lugar de simplemente aceptar los resultados generados por el proceso de "denoising"; los artistas deben aprender a moldear y formar los resultados para que se ajusten a sus ideas y representaciones. Este proceso requiere un conocimiento más profundo del prompt y un enfoque crítico para curar y seleccionar imágenes.
Así, la verdadera "Cámara de Conceptos" es, en última instancia, la mente del artista.
Juan Pablo de Miguel. Enero 2023